Approved!

miércoles, 3 de marzo de 2010

Approved! TOP 2

Entremos en materia. Hay cosas que no aguanto y son las listas extensas. Peor aún si la lista se ha ordenado por orden de importancia y que tenga cuenta regresiva. En virtud de eso, he simplificado mi lista de comidas favoritas en únicamente 2:

1. Las ostras; y
2. el huevo.

Sencillo, sin complicaciones.

Las ostras son moluscos de respeto y honor. Se aferran tal cual garrapata a lechos rocosos y arenosos pasando su vida filtrando agua de mar, alimentándose y creciendo al vaivén de la mareas altas. Este bivalvo se sujeta a sus conchas con un músculo abductor, bajo el cual se encuentra su corazón que bombea un líquido descolorido por todo su organismo. Este líquido lechoso traslada el oxigeno colado del agua por su cuerpo y le traslada el dulce sabor del mar. Y exactamente en eso se resume la magia de las ostras, es toda la esencia y el poder del mar concentrado en una gelatina.



El Salvador 07 (7)
Cargado originalmente por Ely1974

No hay mejor manera de comer las ostras que abriéndolas uno mismo y comiéndolas directo de la concha. Es obligatorio comer la primera al natural, pura; las siguientes se pueden acompañar con sal, limón y salsa perrins, a cuenta gotas, ya que no es mango verde lo que estamos comiendo. Lo que se disfruta es la ostra y no sus complementos. Es uno de los pocos alimentos que disfruto sin agregarle chile, la acidez le roba sabor. En el futuro no tan lejano, tengo el macabro plan de sazonarlo con algo que los chapines llaman “aguachile”:
Cebolla, hierbas aromáticas (cilantro, hierbabuena, etc…) y chiltepes picados en agua. Agregar sal al gusto.
Sencillo, sin robarle protagonismo a la ostra.

He probado diferentes tipos de ostras y no sé si por costumbre o gusto mis favoritas son las salvadoreñas y hoy, debido a la escasez, las nicaragüenses. Si no me equivoco son de la misma especie y tienen un sabor fresco, salado y si tienen suerte y el dinero, aún se encuentran de buen tamaño. He probado las chapinas y estas tienen un sabor parecido a las cultivadas japonesas. Un par de meses atrás, desayuné con mi abogado dos docenas de ostras chapinas, tienen un ligero sabor dulce, mielosas, y fueron la entrada perfecta a unos taquitos de huevo con chicharrón. Para brindar, cerveza Gallo. No hay mejor manera de comenzar el día sábado, aunque se quejen los amantes de Mister Donut, Biggest y Tre Fratelli.

También he probado las ostras holandesas de criadero, son lechosas y dulces, cabe mencionar que ya estaban pasaditas pero las conseguí a mitad de precio en un viaje a Bélgica. Me han dicho que las gringas no tienen mucho sabor y por esa razón las hacen en sopas y gratinadas, una verdadera lástima. Los japonesitos, a los que guardo mucho respeto, han dado cooperación técnica para la creación de viveros de ostra japonesa en el Puerto de la Unión. He buscado en los mercaditos del MAG a los criaderos, sin embargo nunca los he encontrado. Tal vez necesitan apoyo para lograr una comercialización exitosa.

Y llegamos mi querido lector, al tema más placentero sobre esta joya culinaria, el aumento del deseo sexual, no es ningún secreto que goza de fama de ser el más potente afrodisiaco. Ciertamente les puedo confirmar que la ostra contiene altos niveles de Zinc, uno de los nutrientes esenciales para la producción de testosterona. Es por esa razón que recomiendo disfrutarlas acompañados de una bella mujer a las orillas del mar…



Raw quail's egg
Cargado originalmente por plhu
Huevos a la ostra:


Huevos de Codorniz crudos, servidos en un caballito (shot glass, onzero), gotas de limón, sal, salsa perrins y chile. Se puede sustituir con huevo de gallina o de faisán. Sorprendentemente tienen el mismo efecto afrodisíaco que la ostra.
El huevo es otra comida que sobresale sobre el resto. No solo es el alimento sino el ingrediente más versátil en la cocina, fácil de preparar y con un sabor sin igual. Dos tercios del huevo se compone de la clara, compuesta en un 90% de agua y el resto es proteína limpia y sana; si esta se cocina sin la yema no contiene colesterol. El otro tercio lo completa la yema, la cual provee de energía al pollito que crecerá adentro, y que sinceramente contiene todo el sabor del huevo.

Hay miles de formas de cocinar los huevos y ninguna sobresale sobre la otra; son igual de jabrosos los huevos duros, como los huevos tibios, los pochados, los fritos, los sudados, los picados, los revueltos y los crudos. Sin los huevos como ingrediente, no existiera la repostería como la conocemos, ni emulsiones como la mayonesa y dejo de contar porque la estructura de la gastronomía actual no sería la misma si no contáramos con los huevos.

Sin embargo, hay una preparación que puede llevar al comensal al éxtasis culinario:

Cocinar un huevo estrellado ( usted escoja: de gallina, codorniz, pata o faisán), separar la yema semi cruda y colocar en un pan o volován pequeño, con cuidado de no romperla. Una pizca de sal de mar gruesa, o sal kosher o hueva de pescado salado (caviar, salmón o masago). Comer de un solo bocado y disfrutar de una verdadera explosión de placer.
Los huevos pueden ser resaltados con sabor combinándolos con absolutamente todas las salsas de chile, sin embargo, los mexicanos son los creadores de mi favorita: la salsa ranchera mexicana:


Aromatizar aceite con laurel, tomillo, pizca de comino, un clavo y abundante ajo. Cocinar cebollas, chile verde, tomate o tomatillo (chiltomate) y pasta de tomate. Corregir con sal, pimienta, azúcar, y dar consistencia con agua. Agregar variantes de chile según humor: (jalapeños y/o serranos, chiltepes, diente de chucho, o chipotles adobados). Servir en una cama de huevos estrellados, con cilantro a discreción.
Para finalizar, hay huevos por todos lados, en algunos lugares más que otros, pero como vi hace unos días en una calcomanía de carro… los que tienen más huevos no son las aves, son los hondureños.
Por las razones arribas expuestas:
Approved!! Los Huevos y las Ostras

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