Approved!

miércoles, 21 de abril de 2010

Empastado: la nueva sección de Harry Approved!

No, no es bromodiazepam con lo que nos vamos a empastar. Hoy vamos alcanzar el éxtasis con pasta italiana, hecha en casa. Sí señor, si hay algo que me gusta es un buen plato de pasta preparada de acuerdo a las tradiciones italianas.


Si lo han notado, tengo un gusto muy particular por la comida preparada en su más mínima expresión y respetando las tradiciones, por ejemplo, me encanta la carne cruda, el asado solo con sal y las ostras al natural. Simplemente hay algo especial que te lleva a disfrutar así la comida. Por otro lado, los platos clásicos me gusta llevarlos a la perfección y con los mismos ingredientes y procesos como lo preparan en su lugar de origen.

Hace como un mes, mi amiga y compañera de trabajo, la Jackie-Oh!, me comentó de esta pareja de venezolanos que estaban vendiendo todo de su casa ya que se regresaban a su país por lo que aprovechamos la oportunidad y nos dimos un vueltín.

Estos venezolanos son de aquellas personas que se conocen en la vida y te caen rebien, chévere dirían. Además, tenían una pasión por la comida y les encantaba cocinar por lo que tenían una gran cantidad de implementos y artilugios que precisamente yo desearía tener. Entre las cosas que estaban rematando era una máquina para hacer pasta y una olla especial para cocinarla; siempre había querido un aparatito de esos y lo compré entre otras cosas.

Para qué, desde ese día he estado preparando pasta por lo menos una vez por semana. ¡QUE ENTRETENIDO! Aunque, aun preparándola con la máquina, se requiere de una gran sobaqueada para amasar la masa; eso sí, les puedo asegurar que no se compara con las pastas secas que venden en el Súper. Tiene un sabor fresco y a nueces, se siente el trigo y el huevo; lo mejor es que se cocina en una fracción del tiempo que la seca, por lo que uno puede controlar fácilmente los tiempos, algo esencial para preparar una buena pasta. La máquina prepara hojas de pasta para la elaboración de lasaña y ravioles, así como fetuccine y vermicelli (tipo-estilo espagueti).

El proceso es sencillo:

Por cada 100 gramos de harina, 1 huevo y sal al gusto. Un chorrito de aceite de oliva si gustan…

Para pasta integral se prepara partes iguales de harina blanca y harina integral manteniendo la misma relación de harina y huevo, es decir, 50 gramos de harina blanca, 50 gramos de harina integral, 1 huevo y sal al gusto.

Para pasta verde, incorporar espinaca molida a la pasta.

Para paste roja, añadir pasta de tomate o una contadina.

Pasta negra, tinta de calamar.

En fin, no tiene ciencia hacer pasta fresca. Lo único trabajoso es la amasada. Se hace un volcán con la harina y en el cráter del volcán se vierte los huevos, la sal, y el chorro de aceite de oliva. Con un tenedor se mezclan los huevos; la harina se irá incorporando poco a poco hasta formar la masa. Al tener una bola se comienza amasar en una superficie bien enharinada por 10 minutos. Los italianos dicen que la masa está lista cuando se empieza a sudar del lomo. Ustedes sabrán cuando esté cuando sientan la pelota sedosa y chicluda, punto donde el gluten ha sido trabajado. Esta pasta se puede congelar o dejar fresca en la refri, lista para utilizarla a la hora de los cuetazos.

El siguiente paso es pasarla por la maquina la cual va rolando la masa en un largo rectángulo hasta dejarlo del grosor deseado. También trae otros rodillos que son utilizados para cortar las hojas en fetuccine y el vermicelli.

Usualmente, cuando hago algo por primera vez siempre fallo en la ejecución, aprendo de los errores y ya en la segunda me queda todo espectacular. En este caso todo salió bien a la primera por lo que Harry considera que cualquier incapacitado culinariamente puede aventurarse con una maquinita de estas.

Mañana escribiré un poco sobre lo básico en salsas para hacer espagueti tradicional, sin fallas, mucho mejor que en un restaurante y sin tener que ir a tirar el pisto al Tre Fratelli.

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